Somos resultado de las sombras que nos han ido rodeando.
De las paredes que nos han hablado desde sus silencios.
De la ausencia de luz que nos llevó a la apertura de un postigo.
Somos resultado de las palabras nunca dichas.
De la música con la que hemos crecido.
De las personas con las que hemos conversado.
De aquéllas imágenes que retenemos del pasado.
De cuantos cosas no hemos logrado alcanzar y de las mismas cosas que nos han ido superando en nuestra cotidianeidad.
Somos arcilla mojada cuando raya el día.
Somos un puñado de buenos y malos recuerdos.
Resultados de un adiós, con el que dejamos de ser.