Queridos y añorados con-laborales, amigos y colaboradores de esta página, reclamo vuestra atención y os propongo lo que sigue:

Seguramente el paso del tiempo va esquilmando la memoria, esa memoria en la que un día entró para quedarse algún fragmento o texto, un jirón de prosa o unos versos sueltos que desde entonces y hasta hoy perduran incólumes, durando en nosotros con fidelidad canina para asombro y deleite nuestro, viendo cómo sin “repasarlos”, sin propósito alguno de nuestra parte, siguen con nosotros y mantienen a pesar de los días su entereza y frescura con la que se asentaron  el primer instante y, al parecer,  para siempre.

A diferencia de otros, estos fragmentos suelen estar ligados a nuestra vida por algún motivo particular y por alguna razón su palabra nos conmovió y nos arrastró prendidos de una emoción viva que aún aletea en nuestra alma cada vez que los evocamos, tal vez porque vinieron a revelarnos algo de nuestro ser.
Se entiende que se os pide la aportación de un texto que para vosotros tenga o haya tenido algún significado o valor destacado.

Cumpliendo con lo que va dicho y en mi caso, dejo el siguiente texto, fragmento, perteneciente a la obra  “El mito de Sísifo”, capítulo La conquista de Albert Camus.