Título: Patrimonio Paleontológico de Euskal Erria.
1.- Fósiles de Bizkaia
Autor: Iñaki Fernández Arriaga
Toda obra que se emplee en la exposición didáctica de un tema complejo, con una variedad de términos y escalas difíciles de asimilar por el neófito, suscitará siempre una especialísima curiosidad. Un buen ejemplo lo representa el trabajo de Iñaki Fernández Arriaga sobre el “Patrimonio Paleontológico de Euskal Erria. 1.- Fósiles de Bizkaia”.
El volumen comienza con un breve preámbulo, de introducción a conceptos relacionados con la historia geológica de la Tierra y la noción de tiempo en Geología, dilucidando después qué se entiende por fósil, su localización, y los términos habituales con que son denominados por los especialistas que trabajan en ese campo. Ya con este preludio, el autor ha puesto de manifiesto su entusiasmo por las Ciencias Naturales y la historia de la vida en nuestro planeta, situando al lector en el ámbito de la interacción de los seres vivos con el medio que les rodea, y sugiriéndole la contemplación de la diversidad biológica en el espacio y en el tiempo, desde una perspectiva evolucionista.
La obra continúa con la historia geológica de Vizcaya, a la luz de las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento, y a partir de los vestigios encontrados en los sucesivos estratos de su territorio. El apartado describe de una forma sintética, y sencilla, la situación de los continentes en la superficie terrestre en los periodos considerados, su clima y la presencia de grupos animales en los mismos, haciendo una especial referencia a Vizcaya. Esta primera parte, la más extensa, presenta y describe los fósiles hallados en los periodos geológicos correspondientes al Triásico, Jurásico, Cretácico y Cenozoico, estableciendo subdivisiones cuando la riqueza de las muestras lo requiere. Los restos, en la mayor parte de los casos vienen referidos por su posición taxonómica, características y estado de conservación. Y las descripciones van acompañadas de fotografías en blanco y negro, o color, permitiendo al interesado una fácil visualización.
El siguiente apartado del libro es un complemento capaz de orientar al lector no especializado en el conocimiento del mundo animal, y que lleva a cabo una revisión muy resumida de las características fundamentales de los grupos a los que pertenecen los fósiles encontrados en la región analizada, citados en el apartado anterior. Un esfuerzo que se agradece aunque existan manuales con información más amplia.
Sin duda, la labor de recopilación realizada para cumplimentar la información, ha exigido de la colaboración de instituciones, como la “Asociación Cultural GAIA Kultur Elkartea” a la que pertenece el autor, o de la aportación desinteresada de numerosos profesionales y aficionados a la Paleontología, cuyos nombres recoge debidamente el capítulo de agradecimientos. No obstante, la obra respira por los órganos sensibles y necesitados de saber, de Iñaki.
Si el contenido es el fruto de una dedicación meticulosa, salta a la vista que el continente no es de ningún modo resultado de la improvisación. Amén de hacer patente la condición polifacética del autor y su vocación renacentista, revela la perseverancia hasta la obstinación, y la envidiable confianza en si mismo de quien se propone alcanzar una meta distante sin levantar la guardia. Si lo que pretendía Iñaki Fernández Arriaga era demostrar la capacidad de trabajo, ha conseguido el propósito con sobresaliente.
Por lo que respecta a la arquitectura del libro como objeto u obra de arte, la maquetación y encuadernación, fotografía e impresión, en su totalidad difícilmente podían alcanzar el nivel al que llega su contenido. La impresión de calidad para un volumen de esta materia, en particular, para la estampación de la portada y fotos del interior, no es posible resolverla con una simple cuatricromía al modo en que se hace con la edición de una revista semanal, y requiere del aporte técnico de nivel superior exigido para una publicación corriente. Es evidente que un libro así, en el que la fidelidad a los matices y tonalidades debe hacer justicia a las piezas originales, precisaría de la aplicación de una afinada selección de colores, y hubiera necesitado del apoyo y compromiso tal vez de algún generoso mecenazgo. No obstante, y a pesar de la falta de aquél, la mayor parte de las fotografías del volumen, la calidad del papel, la encuadernación o la claridad de los textos, ofrecen el notable resultado que nos aproxima en buena medida a la realidad, y merece la enhorabuena de la crítica más rigurosa.
Mariano Martín Sánchez-Escalonilla