El vicegobernador del banco de Inglaterra, Charlie Bean, lo tiene claro: “Los billetes de polipropileno (un polímero plástico) son más baratos, más ecológicos y más higiénicos que los de papel” Si todo va según lo previsto, el primer billete de 5 libras de plástico -con la cara de Churchill- llegará en 2016.
Objetivamente, las libras en polímero serán más baratas porque durarán más (unos dos años y medio, frente a los doce meses actuales); a un a pesar de que sus gastos de producción e impresión sean algo mayores. Además, el dinero de polipropileno es más seguro frente a la falsificación –se pude grabar con tintas metaméricas, muy difíciles de copiar-, más resistente que el papel y más higiénico porque no absorbe tanto polvo y gérmenes y puede limpiarse pasándole un trapo húmedo.
“La versatilidad de los plásticos es universal; el polipropileno de los billetes se usa para cosas tan diversas como fabricar tuberías de conducción de agua potable, hacer envases de champú o realizar suturas cardíacas”, señala Manuel Fernández, director general de PlasticsEurope en la Región Ibérica, Reino Unido no es el único país con dinero de plástico.
Empezó a utilizarse en 1998 en Australia; y Bermudas, Brunei, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Rumania, Vietnam y Canadá ya lo tienen; sobre todo porqué su gran ventaja es lo respetuoso que es con el medio ambiente: disminuye el impacto ambiental y reduce costes finales de fabricación y sustitución por su larga duración. Además cuando terminen de utilizarse, el Banco de Inglaterra tiene pensado retirar éstos billetes para convertirlos “en accesorios de fontanería, material de construcción, macetas u otros productos…
El reciclaje mecánico de los plásticos y su uso como fuente de energía alternativa es algo habitual”, asegura Fernández, y en el país de la libra no van a ser menos a la hora de reciclar.