Un artículo de Jesús Reina (1975-1979)
Estamos confundidos. El año 2013 no ha sido el peor de nuestra vida, sino el primero en el que realmente nos hemos adaptado al cambio, a la revolución interior, a la consciencia. Y eso duele. ¡Cojones que si duele!
Y el 2014 no va a ser mejor, porque tenemos que completar esos procesos de libertad, progreso, constancia, energía, responsabilidad y esfuerzo. Así que vamos a dejarnos de tonterías: Los que hemos empezado no podemos abandonar, insisto, duela lo que duela. Nos jugamos la oportunidad histórica de ser las personas que queríamos ser y la de construir la sociedad en la que queríamos vivir. El 2014 no va a ser feliz. No lo digamos más. Va a ser duro de narices. Bueno. Y qué? Acaso la vida no es una apuesta, que si la pierdes que si la ganas. ¡Haced el favor de no ser quejicas!
Estamos en medio del tiroteo, del miedo, de la desolación, incluso, pero justo ahora es cuando se gestan las victorias, personales, culturales, sociales, profesionales y políticas. No hay guerra sin muertos, ni justicia sin llanto, ni poder sin lucha. Yo veo que el 2014 trae mucha mierda, y mucho aire, mucha bofetá y muchas ganas. Y quiero deciros lo mismo que Napoleón a sus tropas: "Antes de la batalla no olvidéis echar una buena meada", porque luego igual no tenemos ni tiempo ni oportunidad. Os deseo buenas meadas en Nochevieja, y buena puntería en 2014. Nos hará falta para conservar el pellejo.
Pero también tengo la convicción de que va a ser infinitamente hermoso y satisfactorio intentar conseguir todo aquello que nos emociona, en las camas de los amantes, en los despachos de los jefes, en las calles frente a los poderosos, en las reuniones frente a los tontos, y en las redes frente a los acomodados. Los que pertenecemos al ejército de los samurais inconformistas y justicieros (y creo que he conseguido que mi Facebook esté lleno de gente así), debemos afrontar el 2014 con armadura, espada, casco y la mirada llena de poderío salvaje.
Vamos a vencer. No podemos perder. Bajo ningún concepto podemos ser derrotados, porque llevamos el destino colgado en nuestras mochilas de guerreros indomables. El 2014 no va a ser feliz. Va a ser una porquería, pero eso es la vida, un infinito y bellísimo drama lleno de oportunidades. Moneda de dos caras que siempre cae de canto. Y no estamos solos. Somos millones. Somos el futuro. Somos la humanidad, impetuosa y creativa, como nada ni nadie en el universo. Contad conmigo. Cuento con vosotros.