¿HACIA UNA NUEVA "GENERACIÓN DEL
ESFUERZO"?
Cuando Rafa Arana, en el mes de junio, me preguntó si no
me importaba intervenir en este encuentro le contesté que
sí, no hay charco que me pongan por delante que no pise.
Rápidamente tuve necesidad de buscarme una explicación
a esta aceptación para quedarme tranquila. No tardo en
encontrarla. Como me jubilo el 31 de agosto, esta será mi
última intervención relacionada con mi actividad docente.
Ya estoy tranquila.
Cuando empiezo a preparar la intervención, como ya
intervine en el Quinto encuentro, busco el archivo y no
aparece por ninguna parte, debió morir en alguna
infección de mi ordenador. Seguro que algunos recordáis
que a los antiguos alumnos de las Universidades Laborales
os adjudiqué el título de "generación del esfuerzo" Hablé
de mis vivencias desde que entré en la Universidad
Laboral de Córdoba hasta el día del encuentro. En ese
momento, el esfuerzo por parte del alumno era una virtud
que ni estaba ni se la esperaba. Terminé mi intervención
diciendo que, como casi todo es cíclico yo esperaba que
recuperásemos la virtud del esfuerzo".(Ahora se diría
poner en valor el esfuerzo para que no suene a algo
religioso).
Desde ese encuentro hasta hoy, muy poco ha cambiado el
panorama. Ante los pésimos resultados que obtenemos en
las pruebas de evaluación externa que se hace a nuestros
alumnos, tanto desde la Junta como desde Europa, la
sociedad, reacciona y durante unos días el tema de
conversación está servido.
Todos terminamos pidiendo una enseñanza de calidad que
consiga mejorar estos resultados.
Andalucía puso en marcha el "plan de calidad de la
enseñanza". Voluntariamente, los Centros pueden acogerse
a él si el Claustro lo vota mayoritariamente. Una vez que
se implanta el plan de calidad, cada profesor decide si
participa en él o no.
¿Cuál es el objetivo del plan de calidad? Mejorar los
resultados. ¿Cómo se trabaja? Lo primero multiplicando el
papeleo. Se reprograma lo ya programado se detalla en
cada caso concreto qué Departamentos o personas deben
intervenir en cada momento. Hasta aquí lo mismo que
hacemos sin plan. A lo largo del curso, si en una
evaluación suspenden muchos alumnos, el Inspector
responsable del Centro puede pedirte y de hecho algunos
lo piden, que justifiques mediante informe escrito por qué
has suspendido a cada uno de esos alumnos. ¿A qué puede
dar lugar esto? Pues que el profesor harto de informar y
perder tiempo pueda decidir que los objetivos mínimos
sean más mínimos y el problema está resuelto. Los
resultados internos del Centro mejoran pero los externos
siguen igual o peor.
Acogerse a este plan lleva un premio económico para el
profesor. A lo largo de los cuatro años que dura el plan el
profesor consigue cobrar 7000 Euros. Personalmente me
parece una ofensa al profesor que supongo está haciendo
todo lo mejor que sabe. Si lo que ocurre es que el profesor
no sabe lo que habrá que hacer es enseñarle
Me gustaría, ya que me habéis dado la oportunidad de
hablaros, analizar, desde mi experiencia docente, quién es
el responsable de la situación en que nos encontramos:
"La tribu". Padres, profesores, administración, medios de
comunicación……..
Por una parte los padres, que deben ser los primeros
educadores del niño y actuar desde el momento de su
nacimiento. Voy a centrarme en los años de escolarización
obligatoria de un niño. De 6 a 16 años.
Cuando el niño tiene 6 años debe haber aprendido a
obedecer, a compartir, a respetar a los mayores, saludará,
dirá gracias, por favor,…… Estareis pensando: esto no es
un niño, esto es un angel. El niño fallará muchas veces
pero se notará que ha adquirido hábitos positivos.
Esto sería lo deseable. Pero , ¿Qué nos encontramos en
este momento los profesores cuándo el niño llega al
colegio? Pues que un tanto por ciento elevado carece de
hábitos y desconoce lo que antiguamente llamábamos
reglas de urbanidad. El profesor tiene que empezar por
"civilizar" al niño.
El padre habla contigo y orgulloso te dice: ·Yo soy amigo
de mi hijo", Vamos a ver: tú que a las 7 y media de la
mañana le dices "vamos levántate, dúchate, desayuna,
venga que se hace tarde.
Cuando vuelve del cole hace que
se coma las lentejas, a las 5 le pones a hacer la tarea. ¿Eso
es un amigo? Tu eres el mayor enemigo. Pero si haces
todo esto, realmente ejerces de padre.
Cuando los padres ejercen de padres, un niño de
capacidades normales, seguro que no sufrirá fracaso
escolar. Si el niño es diferente y presenta cualquier
minusvalía, el padre deberá asumir lo que hay y
aprovechar los programas de integración y con paciencia
podremos conseguir que el niño desarrolle al máximo sus
posibilidades. Pero ¡ojo! Ese niño sigue siendo niño y
sabe perfectamente qué hacer para salirse con la suya.
Yo estoy convencida de que una mayoría de fracasos
escolares son, realmente, fracasos sociales.
Los profesores tenemos también parte de responsabilidad.
En vuestra época, cuando erais alumnos, era muy fácil ser
profesor. El niño llegaba educado, respetaba a los
profesores, si decíamos en clase "todos callados" allí no se
movía nadie. Es cierto que vosotros estabais presionados
por las condiciones de mantenimiento de la beca. Yo antes
de entrar en la Laboral di clase en Instituto y tampoco me
encontré con problemas.
El profesor, ahora , se encuentra que primero tiene que
poner orden en la clase para poder empezar a hablar. En
algunos centros esto es fácil, en otros casi imposible.
Cuando esto ocurre ¿qué puede enseñar el profesor? .
Existen muchos profesores que no tienen vocación
docente, la docencia para ellos es su medio de vida. Esto
ocurre con interinos y con funcionarios. Creo que para
estas personas el día a día debe ser un infierno. Los que
realmente tienen vocación de docentes tienen también sus
dificultades. En la oposición nos examinan de
conocimientos de la materia que impartimos pero nadie
comprueba si conocemos estrategias para manejar el grupo
y ser capaz de solucionar problemas de disciplina
manteniendo el tipo en el aula. Tampoco se comprueba
nuestra capacidad para comunicarnos, ni otra serie de
aspectos fundamentales para dirigir el mundo del aula.
A veces, los profesores, creemos que los problemas que
nos surgen son debidos al elevado número de alumnos.
Una ratio menor ayudaría pero eso no resolvería los
problemas. Los que somos mayores hemos tenido en clase
40 y hasta 45 alumnos y podíamos trabajar.
Los profesores somos aburridos, tenemos que aprender a
enseñar divirtiendo, no es fácil, pero os aseguro que si el
plano inclinado lo explicamos escenificando un poco, el
alumno lo aprende mejor.
Por último ¿qué culpa tiene la administración?, Dejando
aparte el tema de los recortes por ser tema circunstancial,
la administración es la principal causante de la pérdida de
autoridad del profesor. De forma casi sistemática, ante una
reclamación, da la razón al alumno. También es verdad
que la autoridad que reclamamos tenemos que ganárnosla
con nuestras actuaciones justas y equilibradas. (No es tan
fácil ser profesor como la gente cree).
En cuanto a las materias que tenemos que enseñar, los
contenidos los fija la administración y los mismos
problemas que teníamos hace 20 años, por ejemplo, la
descoordinación entre la física y las matemáticas, que es
el campo en el que yo me he movido, sigue igual.
Desde pequeños tocan un montón de materias descuidando
las instrumentales, de hecho, a los 10 años, edad en la que
todos los niños deberían leer perfectamnte de forma
comprensiva no lo hacen. No quiero ni hablar de la
ortografía ,otro desastre. Por supuesto, la cartera del niño
cada vez pesa más y lo que los padres pagan de libros
aumenta al mismo ritmo que el peso de la cartera.
Cuando el año pasado se empieza a hablar de la nueva ley
de educación me pongo contenta, por fin parece que
vamos a valorar el esfuerzo.
Inmediatamente empiezan las protestas por todas partes.
Estoy harta de oir en la sala de profesores cómo es una
injusticia que a los alumnos de la concertada les pongan
mejores notas que a los de la pública y les sea más fácil
obtener el título de bachiller y gracias a su nota media
puedan acceder mejor a la Universidad. Pues bien, esos
mismos profesores son los que piensan que las pruebas
externas, (reválidas) son una barbaridad. A mí me parece
que es la forma en que todos los alumnos aprobasen con
igual nivel y es más, no se debería tener en cuenta las
notas de los cursos y la calificación debería ser
simplemente apto o no apto. (Esto lo digo aquí para que
por lo menos alguien me oiga; en 45 años en el campo de
batalla nadie me ha preguntado que pienso, todo lo
deciden los "expertos").
¿No será que los profesores tememos que de paso nos van
a evaluar a nosotros?
Otra cosa que me hizo tener esperanza en conseguir esa
nueva generación del esfuerzo que yo añoro, fue el tema
de la media de 6 para mantener la beca, vosotros os
habréis reído de ella, ya que a vosotros os pedían un 7 de
media en el mes de junio.
Otra vez mi gozo en un pozo, ahora protesta todo el
mundo, hasta los profesores de Universidad. ¡Por Dios un
6 de media ¡ ¡Que barbaridad!. ¡Van a matar a nuestros
alumnos! (esos alumnos el jueves por la tarde ya están de
botellón).
Creo que la nueva generación del esfuerzo tendrá que
esperar. Y quiero terminar recordando algo que no se me
ha podido olvidar:
En una reunión de Evaluación hacia el año 1974, un
dominico, El Padre Casañas, muy protector de sus internos
hablaba del gran esfuerzo que hacían y temía por su salud.
Entonces intervino el gran Cochele, vuestro más antiguo
profesor de educación física, profesor exigente pero justo
que a cada uno le pedía que diera en función de sus
posibilidades físicas y dijo: "Padre Casañas, no se
preocupe, la naturaleza es muy sabia".
Curra Useros.