La fachada tiene 30 metros de alto y una superficie de 350 metros cuadrados. La iniciativa, nunca antes propuesta en el municipio, ha tenido como objetivo regenerar el espacio urbano e impulsar el turismo a través del street art y el muralismo.
Tras su paso por ciudades como Roma, Viena, Lisboa y Madrid en su gira europea, la argentina Milu Correch llega a Castilla-La Mancha con la intención de abrir las páginas de Don Quijote, rescatar a Dulcinea del paso del tiempo y potenciar el embellecimiento del edificio, resaltando el valor artístico urbano de Quintanar.
El proyecto se ha realizado con la colaboración del Ayuntamiento de Quintanar de la Orden, la Plataforma por el desarrollo de La Mancha toledana, la Asociación Micorriza, la Asociación Juvenil Tempus L y la cooperativa agrícola Bodegas Entremontes.