Correo enviado por José Luís Álvarez Rodríguez:

¡Hola! Juan Antonio, hace tiempo que no estamos en contacto, si bien, casi no me pierdo tus actualizaciones semanales de la web. Así que, celebro que todo te vaya encajando y deseo lo mejor para ti y tu familia.

Este día es triste, puesto que, tengo que comunicarte que nuestro amigo Alberto Calderón Jiménez falleció el pasado 23 de junio de muerte súbita (hacia la siesta y ya no despertó). Me lo dijo por teléfono, hace unos días, su amigo de toda la vida y de la UNI Carlos Rodríguez.
Yo me puse en contacto con su esposa Mª Carmen y su hijo Tito y me autorizaron a divulgar tan triste acontecimiento.

Yo no conocí a Alberto en su etapa en la Uni, fue mucho mas tarde, en ese encuentro inolvidable, que tu propiciastes en Cazorla en abril-2008.
Fue una atracción sencilla la que tuvimos en aquel hall-bar de recepción y nuestras esposas congeniaron al momento.
Lo pasamos muy bien y nos emplazamos para asistir a la Asamblea que se celebró aquel año en octubre en la Uni, donde yo conocería a Carlos Rodríguez.
Después de ese año, llamadas telefónicas de felicitaciones, promesas de encontrarnos aquí o allá y nada de nada............ una pena.

Por eso me hago eco de lo que Mª Carmen me comentó, en cuanto el deseo de haber disfrutado mas de la vida y que no desaprovechemos las oportunidades que nosotros todavía tenemos.

Eso es todo, amigo. Recibe un cordial saludo. José Luis Alvarez

(Las fotos que se incluyen son de ese fin de semana en Cazorla)

Preparando el Cincuentenario de la Laboral, celebrado en 2007 del 1 al 4 de Noviembre, la vispera de los actos oficiales, organizando la mesa de recepción, se presentó un tío alto, con voz recia que se identificó como Alberto Cadlerón. Estuvo conmigo casi toda la mañana durante los preparativos.
No faltó a ninguno de los encuentros posteriores.
En el II Encuentro, en 2008, acudió sólo porque tenía un problema familiar grave referido al nacimiento de dos criaturas, a pesar de lo cual asistió al encuentro y tuvo que salir precipidamente para Palencia. Hubo un desenlace complicado.
En 2009, en la mesa con sus amigos Carlos Martín y Carlos Rodríguez me dijo que no acudiría a más encuentros mientras no estuvieramos unificados en una sóla asociación.
Muy pocos días antes de fallecer, le llamé una mañana y estuvimos hablando largamente. Se mostraba ilusionado con el encuentro de este año.
Desgraciadamente no podremos volver a reencontrarnos.
Descansa en Paz.
Juan Antonio Olmo Cascos