|
||||
Domicilio: |
Córdoba | |||
Teléfono Particular: |
||||
Ocupación: |
||||
Teléfono Trabajo: |
||||
Otros datos: |
Fallecido 21-11-2008 |
Comentarios: | |||||
La madrugada del viernes pasado, falleció en Córdoba, pacíficamente, mientras dormía, Nemesio González Santiago. Fué director mío de Juan de Mena entre 1975 y 1977. El puso la primera canción de Mari Trini la mañana del 23 de Septiembre de 1975, mi primer día (y el de muchos más, verdad Antonio Torralbo?) en la UNI. Lo recuerdo como si la estuviera escuchando en este momento...
Llevaba seis meses mal, con diversas complicaciones, aunque parece que la gota que colmó el vaso fue una neumonía. Dedicó su vida a la Laboral, donde le recuerdo especialmente en el colegio Juan de Mena. En 1977 abandonó los hábitos comenzando una nueva vida. En 1980 se reintegró a la Laboral donde estuvo hasta su desaparición. Despues continuó en la Residencia Escolar La Aduana, a donde nos trasladamos con el internado, hasta su jubilacion en 2005. Había nacido en Santander en 1935.
José Julio Domingo Moya 'El Papi' envía el siguiente correo sobre esta triste noticia:
Apenas un par de horas antes de publicar este boletín me llega un correo más en torno a la ficura de Nemesio que os incluyo a continuación. Lo remite Rafael Zurita Acosta:
Otro Correo más de Antonio Torralbo Palomares: Supe lo de Nemesio. Me impresionó bastante, porque yo esperaba poder tomar un café con él alguna vez. Cuando estaba terminando la carrera volví a la vieja Uni como colaborador becario, (desoí afortunadamente aquella voz que decía "No vuelvas nunca a los sitios donde has sido feliz", y aunque segundas partes no son buenas, yo volví a ser feliz en la vieja Uni). Como colaborador-becario disfrutaba vigilando el buen orden en los comedores, poniendo la música para despertar a los chavales por las mañanas y viviendo en aquellas para nosotros enigmáticas habitaciones del final del pasillo de donde salían y se metían los dominicos que vivían en el colegio. Allí volví a coincidir con Nemesio. Pura buena gente. Ya se le había quitado aquella pátina de fraile severo y tremendo que yo le veía, quizá debida a alguna distorsión de pardillo que sufrí allá por el 75 del siglo pasado, y aunque algo me quedaba del "temor reverencialis" de que hablan los clásicos, disfruté de su plácida compañía, así como la de Ángel Ontoria y José Manuel Bandera, otros dos ex-dominicos, muy buena gente también, que habían optado por el matrimonio. Pensé incluso en contactar con Nemesio para incitarle a que acudiera al encuentro, como hice con muchos otros, pero al final desistí. Penoso. Como soy uno de esos tipos que cuando llueve sopa se encuentran con un tenedor en la mano, el día del entierro llamé a la iglesia y me confirmaron el entierro a las 11. Yo tenía cita con mi mujer y su peluquero a las 12,30 horas, y ya no podía postergar una cita que ya había aplazado la semana anterior, así es que vi pasar el coche fúnebre que salía de la iglesia, y que hacía un recorrido coincidente al mío, y vi el féretro cubierto de coronas. Y no pude evitar un sentimiento piadoso y sombrío, y tampoco pude evitar recordar la noche de aquel ya lejano y venturoso día 23 de Septiembre de 1975, cuando en el hall del colegio Juan de Mena nos esperaba a los novatos ¿te acuerdas, chaval, de aquel día...?, y nos dejaba frios con aquel acento norteño glacialmente dosificado, mirándonos con aquellos ojos azules y algo melancólicos. Que descanse en paz.
(...)
|