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Falleció el 23 de Enero de 2009 en Puerto Maldonado (Perú)
Carta de Juan José Larrañeta (foto derecha) |
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El Padre Erviti estuvo en Córdoba, en la Universidad Laboral, como profesor y director espiritual entre los años 1956-1980. Luego fue profesor del Colegio Santo Domingo de Oviado, 1982-1995. Y durante los dos últimos años, Internó su trabajo en Oviado con Cursillos semestrales en el Seminario Diocesano de Puerto Maldonado, selva del Perú. Desde 1995 se dedicó totalmente al trabajo en las Misiones del Perú, como profesor y director espiritual. Desde hacía dos años, ya jubilado, se ha dedicado a la Pastoral por medio de la Radio “Puerto Maldonado”, con homilías y charlas dominicales, era muy querido y popular entre los nativos. Tenía 6 hermanos, de los que ahora viven dos, José e Ignacio. Este último es fraile dominico y, tras años de profesor de Enseñanza Media, ha sido Bibliotecario del Instituto Superior de Filosofía de los dominicos en Valladolid. Donde reside en unión del padre Cándido en la Comunidad de San Gregorio. Últimamente tenía tratamiento por peligro de ictus cerebral. Apenas dormía. Solía salir a pasear por la noche en el patio. Y en la noche del 23, a las 4,30 horas tuvo una caída violenta que le originó un trauma del que se derivó, tras un día de estado de inconciencia, con intenso tratamiento médico, la pérdida de sentido y muerte. En la mañana de este domingo, día 25, a la misma hora en que él solía celebrar la misa radiada y la homilía en la catedral de Puerto Maldonado, se ha celebrado el funeral y entierro con asistencia de muchas comunidades nativas de la Selva del Perú, donde era muy querido. M. Estévez --- oOo --- Semblanza escrita por Manuel Estévez Recio: El día 19 de Octubre de 1930, nació en este maravilloso pueblo navarro de Gulina. Ni sus parajes, ni la comodidad de su entorno, ni tampoco su amada familia, fueron óbice para que este dominico, nada más cantar misa el 25 de marzo de 1956, se convirtiera en EMIGRANTE, al servicio a los demás y en la entrega a los más necesitados. En 1956 llegó a la Universidad de Córdoba, en donde se encontró una juventud “hambrienta” de educación y de esperanza. Él supo entregarse a fondo, como todos sus compañeros dominicos que le acompañaron, en la labor de educación y docencia. No fue de los más solemnes, quizás por su sencillez…pero si fue de los más auténticos por su discreción. En el año 1980, cuando los PP. Dominicos dejaron la UNI, marchó a la Misión de San Jacinto, donde el vivir y el subsistir fue casi un auténtico milagro. Allí se encontró con el hermano de su amigo del alma Juan José Larrañeta, con el que había coincidido en Córdoba. En 1991, cuando tenía 60 años y muchos se preparan para descansar, el se fue todavía más lejos y aislado, buscando la soledad de los que sufren en el anonimato de las Selvas del Perú. Allí cumplió sus bodas de Oro como sacerdote el 25 de marzo del 2006. El día 23 de enero pasado su corazón de 78 años, cansado pero lleno de esperanza, no pudo evitar la llamada de su querido compañero Felipe Larrañeta, quien desde el cielo de los justos, le llamó para celebrar juntos su próximo aniversario como sacerdotes el día de la Encarnación. M. Estévez |